LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO INFORMÁTICO

5 noviembre 2009

ordenador roto

(Preparad las pupilas, que este post me ha quedado algo largo.)

Aprovecho el comentario sobre el libro de Javier Marías que hice en un post reciente para citar unas frases sacadas de la página 239 de la edición de Alfaguara.

La gente nunca para, en gran medida, porque tiene móvil y ordenador, y esa es la razón por la que yo carezco de lo uno y de lo otro. No estoy dispuesto a que cualquier majadero me interrumpa mis actividades, mis pensamientos o mis musarañas, esté donde esté. No deseo “estar conectado”, ni enterarme de todo enseguida. Nada me resultaría más atroz que estar localizable siempre, o que recibir más llamadas y cartas y publicidad y tonterías de las que ya me llegan a través del teléfono fijo, el fax y el correo ordinario.

Vale, la actitud de Marías de no tener móvil u ordenador puede que sea llevar demasiado al extremo su postura, pero viendo la cantidad de gente que puebla justamente el extremo opuesto (los fanáticos de la tecnología, los enganchados a internet…), tampoco me parece mal que el novelista se posicione allí, y casi entiendo las razones que expone en su artículo, ya que yo mismo me he descubierto teniendo arranques temporales de parecida naturaleza.

Por un lado, uso el móvil básicamente para saber cuándo tengo que pasarme a recoger películas para subtitular, o para quedar y que me den invitaciones para el cine, discos o cómics que criticar… además de para estar comunicado con Ella, claro. Hace poco cambié de teléfono y alguien me comentó que un buen móvil debía tener tres cosas ultramegaimportantes que no recuerdo muy bien, pero que básicamente se relacionaban con navegar por internet con facilidad y cosas así. Qué queréis que os diga, yo soy más de esos trogloditas que usan la muletilla cutre aquella de sólo lo uso para llamar y enviar sms. (Ya tengo internet en casa, gracias, con una pantalla, un ratón y un teclado enormes que se manejan con mucha más comodidad).

Llamadme anticuado, pero mi concepción de internet lo limita a consultarlo cuando llego a casa. Mientras ando por ahí llevo complementos de otro tipo, tales como un buen libro para ir leyendo en el metro o un reproductor de mp3 para ir oyendo dos o tres canciones por la calle. Qué narices, y a veces incluso me dedico en silencio a ordenar mis pensamientos –mi trabajo me cuesta– y a darle vueltas a cosas que me preocupan. Supongo que si además usara internet en esos contextos acabaría perdiendo el tiempo miserablemente, que es básicamente también lo que hago con internet en casa. Hablar de lo (nada) que uso los lectores de feeds, Google Maps y recursos similares supongo que no vale la pena.

¡Déjate el portátil en casa, hombre!

No entiendo a la gente que se va con el ordenador portátil a la playa. ¡Pero si a mí ya me cuesta horrores llevarme un libro con una edición medio decente! ¿De verdad es tan urgente lo que tienes que hacer en el portátil que te arriesgas a que se te estropee por la arena o el agua, o a que te lo roben? Además, una vez me bajé la Nintendo DS a la playa y apenas se veía la pantalla. ¿Es que sólo estoy mal de la vista yo?

Un párrafo más, esta vez para Twitter. Este servicio me engancha dos o tres días seguidos, para luego provocarme un rechazo por saturación que sólo puedo solventar desconectándome de ese ambiente durante unos días (bien es cierto que hay temporadas donde la cantidad de trabajo que tengo ya logra apartarme de él sin mucho esfuerzo). Desde la barrera presencio cómo hay gente que habla compulsivamente de todo lo que está haciendo, de lo que quiere hacer, de lo que piensa, de lo que caga… A todas horas y desde cualquier lugar.

Resumiendo, en mi caso personal yo abogo por la contención y por alguna que otra descontaminación ocasional, acercándome a la postura de Javier Marías que mencionaba al principio. Necesito desconectar y vivir durante el suficiente tiempo en la vida de carne y hueso, más allá de la virtual. Necesito tocar un cómic para poder disfturarlo como está mandado, necesito tener algo parecido a un soporte físico para gozar con un álbum de música, necesito mirar a la gente que pasa a mi alrededor para fijarme en ellos y reírme de sus pintas…

No sé si me he explicado bien, pero quería dejar constancia de mi postura ante tanta dependencia de ciertos tipos de tecnología. En mi opinión hay demasiada gente que se ha acostumbrado en exceso al ruido que emite internet, y hay personas muy enganchadas al mismo, no concibiendo sus días sin él. De momento me resisto a ese embrujo.

b.s.o. KRAFTWERK “Computer love”


CRISTINA LASVIGNES, ¿MASCACHAPAS JUBILADA?

3 noviembre 2009

Cristina Lasvignes

Mira que me da rabia la presentadora de Tal cual lo contamos, y eso que sólo la he visto de refilón en alguna sesión de zapeo, además de por supuesto cuando el certero y siempre necesario Ángel Martín disecciona su programa en Sé lo que hicisteis.

Cuando Cristina Lasvignes se dio a conocer me irritaban mucho sus gestos espasmódicos (hoy en día no eres un reportero o un presentador que se precie si no matas cuatro o cinco moscas cada vez que señalas hacia algo).

Para más inri, mientras veía unos meses después uno de los fragmentos de su programa, siguiendo sus gestos y sus reacciones, me di cuenta de que esta chica seguramente tiene un pasado bakala bastante importante.

Imaginaos la escena: una pareja de novios mascachapas hablando en el cine, justo en la fila de detrás de vosotros, mientras intentáis concentraros en la película. Con buenos modales les pedís que por favor se callen, pero el tío va y se rebota. Tu chica intenta ayudarte tomando parte en las quejas, y entonces entra al trapo la novia bakala (“¡Tú con mi novio no te metas! ¿Mentiendes?”), que esperaba su oportunidad para sacar a relucir su vena más barriobajera. Bien, pues esa es la Lasvignes (o más bien era, según mis suposiciones).

No sé por qué, pero desde hace unos meses siempre que veo a la presentadora me la imagino hace unos cuantos años, protagonizando esa situación que a algunos os resultará familiar. También me la imagino en algún after, batiendo la mandíbula sudorosa al son de Chimo Bayo, pero menos veces.

¿Nadie más tiene la misma impresión que yo?

b.s.o. METEOSAT “Mi novio es bakala”


EL MÉDICO

1 noviembre 2009

El médico

Comencé la lectura de este libro en el aeropuerto de Alicante a medidos del pasado mes de febrero, justo cuando estaba a punto de irme de intercambio a un pueblecito cercano a Bath con trece alumnos de mi colegio. Lo he finalizado hace un par de semanas, tras haber sido mi fiel compañero –entre otros lugares– en mis visitas estivales a la playa, así que ya podéis imaginaros que no se ha tratado de una lectura especialmente atropellada, sino que me he tomado mi tiempo para ir procesándolo.

La historia nos habla de un chaval que queda huérfano de padre, teniendo todos sus hermanos que buscarse la vida como buenamente pueden. Rob J. comienza a recorrer los caminos de la Inglaterra medieval junto a un curandero con dotes de prestidigitador, progresando día a día en los pequeños trucos que le enseña su maestro, y viendo cómo crece su interés por ejercer la medicina.

A partir de ahí su ansia de conocimiento le lleva a tierras exóticas, en las cuales tendrá que hacer gala de toda su astucia para sobrevivir y lograr convertirse en el médico que reza el título de esta novela de Noah Gordon.

En cuanto a mi opinión, considero que es una novela bien escrita, siendo la típica lectura entretenida donde el autor, además, hace gala de toda la documentación que ha ido recopilando, dándonos pequeñas lecciones de historia y hablándonos de costumbres de aquella época. Eso sí, a mí me han cargado un poco todas las descripciones detalladas que hace de las comidas y cenas –a ratos aquello parece más un programa de cocina–, por ejemplo, pero se pueden soportar.

Por comparar con algún título en la misma onda, debo reconocer que me atrapó bastante más Los pilares de la Tierra (Ken Follett), tal vez porque en aquella novela se apostaba en mayor medida por la vertiente culebronesca –bien llevada, eso sí– que por tratar de reflejar con mucho realismo una época determinada, pero sin alejarse de una línea argumental general que se me antoja demasiado previsible y que se alarga durante un largo número de páginas.

En alguna estantería de casa esperan su turno también Chamán y La doctora Cole, continuaciones de la saga iniciada por Gordon con esta novela. Ya hablaré de ellas cuando sea el momento.

b.s.o. ORBITAL “Doctor?”


FANDIGITAL

30 octubre 2009

fandigital

Llevo 4 años y medio ligado a Fanzine Digital, medio para el que he escrito unos 500 textos, entre críticas semanales de cine, reseñas de discos y cómics, entrevistas a gente de todas esas parcelas artísticas…

Hasta ahora la revista “virtual” tenía su correspondiente edición impresa gratuita, 7 u 8 veces al año, donde se recogía material de actualidad previamente aparecido en la web, intentando sustentarse económicamente a base de publicidad.

Pues bien, justo estos días la revista ha dado el salto a los kioscos, pasando a ser de pago (apenas 2’50 míseros euros) mejorando su calidad y puliendo sus contenidos, con vistas a poder competir (y sobrevivir, espero) en este nuevo hábitat. Ah, y además ha perdido algunas letras de su cabecera, pasando a denominarse Fandigital.

Os animo a que le echéis un vistazo, aunque sé que se trata de un riesgo importante que han asumido los responsables de la revista, y que este tipo de movimientos no siempre salen bien. Crucemos los dedos pues.

b.s.o. LA CASA AZUL “Como un fan”


UN CHISTE MALO

12 octubre 2009

discos de lactancia

-Oye, ¿qué opinas de los discos de lactancia?

-Hombre, antes estaban bastante bien, pero desde que ficharon por una multinacional se han vendido y ya no son lo mismo.

b.s.o. GARBAGE “Milk”


LO QUE NO VENGO A DECIR

10 octubre 2009

Lo que no vengo a decir

A Javier Marías ya le dediqué un post en mi anterior andadura (los más veteranos ya sabréis de qué hablo, y seguramente leísteis aquella entrada en su día). Allí elogiaba sus mejores obras, pero le metía caña a la trilogía de Tu rostro mañana, bastante peñazo en mi opinión, y a la que el autor se había entregado con pasión en los últimos años.

Estas últimas semanas he leído Lo que no vengo a decir, volumen que recopila 95 artículos del novelista, publicados entre febrero de 2007 y el mismo mes del presente año en El País Semanal.

El contraste con Tu rostro mañana es tremendo: donde allí había casi dos mil páginas para desarrollar el argumento, aquí hallamos artículos limitados a una extensión máxima de tres páginas, donde el madrileño arremete contra diversos males de la sociedad actual –al estilo más rojillo, no como un Jiménez Losantos cualquiera, para entendernos–, y expone con meridiana claridad sus razones para adoptar una postura a favor o en contra de cada uno de los temas que critica (ya sea la Semana Santa andaluza, los políticos del PP o la temporada del Real Madrid).

¿El resultado? Una lectura muy amena –y que en general da para pensar bastante–, perfecta para trayectos cortos en metro como los que realizo a diario: te lees cuatro o cinco artículos de Marías y luego bajas en tu parada sintiendo que hay alguien que sintoniza contigo en bastantes cosas. No está mal para un simple libro.

b.s.o. JAMES “Say something”


KRUSTY FOR PRESIDENT

3 octubre 2009

Krusty

Hace un par de días elegimos delegado y subdelegado del grupo del que soy tutor en mi colegio. Antes de iniciar el proceso electoral, expliqué a los alumnos los diferentes tipos de votos que podían darse: válidos, nulos, abstenciones, en blanco. Uno de los chicos me pidió que especificara qué es un voto nulo, a lo que respondí:

Un voto nulo sería si, en vez de votar a uno de los candidatos, abro la papeleta y pone KRUSTY EL PAYASO, más que nada porque Krusty no es un alumno de esta clase.

Finalmente el chaval que ha acabado siendo delegado consiguió un total de 12 votos, el subdelegado 11 votos, y Krusty el payaso logró cosechar 3 votos

Es un dato que da para estar pensando un buen rato, ¿verdad?

b.s.o. DEATH CAB FOR CUTIE “President of what?”


TUTOR

2 octubre 2009

Esta semana está siendo particularmente estresante. El curso escolar ya se encuentra a pleno rendimiento –cuando escribo esto acaban de empezar las clases por la tarde también–, y a medida que avanzan los días el cansancio se va acumulando, parejo al desgaste que conlleva pelearse (metafóricamente, claro) con los estudiantes de Secundaria cada jornada, a la preparación de las clases, a la corrección de trabajos, al papeleo asociado al mundo de la enseñanza… pero sobre todo a la atención que debo dedicar a los treinta alumnos que forman parte de mi tutoría.

Sí, este año me he estrenado como tutor en 2º de ESO. Aunque se vea como un marrón por muchos de los compañeros, lo cierto es que ya me hacía ilusión, después de cuatro años en el centro como profesor raso, enfrentarme a la tarea de seguir muy de cerca las evoluciones de mi grupo, controlando sus progresos y manteniendo un estrecho contacto con sus progenitores. Casualmente esta labor casi paterna ha coincidido con el estreno de mi otra paternidad, la de verdad, así que me toca vivir un curso cuidando de 31 retoños.

El trabajo de tutor desgasta bastante. Ya voy entendiendo a aquellos docentes que se quejan de que no les dan tregua, renovándoles en el cargo cada nuevo curso. Tienes que estar pendiente de cada pequeño detalle que acontece en tu clase, de las enfermedades y lesiones de sus integrantes, de los conflictos que surgen entre ellos o con compañeros de otros grupos, de su rendimiento escolar, de su actitud, de sus problemas de comprensión de ciertas materias… E interceder entre alumnos, profesores y familias para lograr que todos queden satisfechos con las decisiones adoptadas.

Hay que añadir que además te toca participar en todas las salidas que se hacen fuera del centro (no sin antes haber recogido el dinero pertinente y las autorizaciones de los padres), en las sesiones de tutoría donde se dan charlas de todo tipo, en las celebraciones del fundador del colegio (luciendo disfraces variados), y en las reuniones de padres. Sin ir más lejos, ayer tuve una en la que creo que me desenvolví bastante bien –teniendo en cuenta mi bisoñez en ese tipo de lides–, y de la que salí con un subidón de moral más que importante.

Ya me han dicho que mi grupo es uno de los más complicados de los últimos años, debido al nivel académico de ciertos alumnos, al comportamiento de otros y a problemas mucho más complicados de otro pequeño segmento de la misma. O sea, que si ya me había planteado este curso como un desafío –con Dani por un lado y la tutoría por otro–, se confirma que me esperan días complicados, pero también una profunda satisfacción si logro llegar a buen puerto. Por ganas de hacerlo bien no será, desde luego.

b.s.o. LEONARD COHEN “Teachers”


EL CUERPO DE MEGAN FOX

1 octubre 2009

Megan Fox

De uno u otro modo –bebé mediante– logro seguir conectado a la crítica cinematográfica semanal, y en esta ocasión me ha tocado reseñar la nueva película de la señorita Megan Fox, Jennifer’s body, que como podréis leer resulta un mero escaparate para que la chica se luzca y suelte todo tipo de perlas por su boquita.

Y aún habrá quien se pregunte: Eh, ¿y no te basta con eso? o ¿Qué te esperabas? Pues no, no me basta con eso (quien quiera porno que lo busque por otros canales), y básicamente esperaba una película que fuera más entretenida, más terrorífica, más divertida… menos vulgar, en definitiva.

b.s.o. LLOYD COLE “Jennifer she said”


BEBÉ A BORDO

21 septiembre 2009

Dani

Vuelvo a hacer acto de presencia por aquí, dos semanas después de la breve (pero importante) entrada anterior. Rebobinemos.

El viernes día 4 Ella y yo fuimos al cine por la tarde. Tocaba ver Hazme reír, pero a mitad de proyección las contracciones empezaron a sucederse cada 10 minutos, y a media hora del final de la película nos marchábamos a casa –luego terminé de verla online, por aquello de poder criticarla como está mandado–, para estar más cerca del médico en caso de que la cosa fuera a más. En teoría aún faltaban cuatro días para que se cumplieran las 40 semanas de rigor, pero ya nos habían avisado de que el niño podía adelantarse.

Una vez en casa cenamos rápidamente y acabamos de ultimar la maleta de ropa para Ella y la bolsa con material para el futuro bebé, por si se nos había escapado algo. Decidimos ir al hospital: si era una falsa alarma volveríamos a casa sintiéndonos un poco tontos, pero si la cosa iba en serio era necesario que examinaran a la madre y al niño.

Al final resultó que el parto no era inminente, pero tampoco podían enviar a Ella a casa por si acaso, así que la ingresaron en planta y nos dijeron que si las contracciones aumentaban de frecuencia la bajarían al paritorio. Fue algo que finalmente sucedió hacia las 5 de la madrugada, sin apenas haber dormido (ninguno de los dos) y retorciéndose de dolor (la madre).

En el paritorio hubo que esperar a que dilatara (menos mal que los miembros masculinos del equipo médico eran muy simpáticos y nos hicieron la espera muy llevadera, dentro de lo que cabe), y Daniel nacía finalmente a las 11:16 de la mañana, siendo entregado a la madre por el comadrón con la frase Toma, pa ti pa siempre.

Dos días después salíamos del hospital, tras pasar el fin de semana recibiendo visitas de todos nuestros familiares –que estaban pletóricos con la noticia– y un montón de felicitaciones vía SMS. En una breve visita a casa me dio tiempo a subir el post anterior, para que estuvierais al tanto.

Al volver a nuestro hogar estábamos bastante descolocados, pero pudimos organizarnos rápidamente para hacer las tareas que se nos venían encima: inscribir al nano en el seguro médico y en el Registro Civil, pedir cita para algunas pruebas que tenían que realizarle… además de intentar rellenar un poco la nevera, cocinar y menudencias por el estilo. Ah, y yo en teoría tenía que ir al colegio, pero me cogí unos días de permiso (más adelante caerán los quince adicionales a los que tengo derecho).

Las dos semanas siguientes han transcurrido bastante bien. Dani es bastante tranquilo por lo general, aunque anda con los horarios un poco cambiados y algunas noches da la lata más de lo deseable. Ella está de baja y se encarga de casi todo, mientras que yo compagino las clases por la mañana con mis deberes de padre a partir de la hora de comer.

Estamos muy contentos de la criaturita que ha salido de nuestra unión, y esperamos que vaya creciendo con salud (amor no le va a faltar). Eso sí, consentido va a estar un rato, porque es el primer nieto de todos su abuelos, y tiene que notarse por narices, ¿no?

b.s.o. RICHARD HAWLEY “Baby, you’re my light”